jueves, 30 de enero de 2014

Los unos a los otros (17.11.11)

Estudio realizado en Huelva el 17 de Noviembre de 2011


Introducción


Conversación con los hermanos en la última reunión de siervos sobre la necesidad de estar juntos y compartir la vida con ellos. 
No quiero hacer el sermón de los ejemplos acudiendo al sword del uno por los otros.
Explicar las diferencias entre "los unos y los otros" y "los unos o los otros". 

El servicio de los unos para con los otros significa "apoyarse" los unos en los otros. 
Tenemos que ayudar, sostener y amarnos los unos a los otros, para poder edificarnos los unos a los otros en nuestra fe.
Este servicio que nos prestamos debe hacerse en la práctica, quiero decir que el otro lo note, y de manera personal hacia cada uno de los miembros del cuerpo de Cristo que se encuentran en necesidad. 
Esta es la manera que Cristo utiliza para extender Su amor para con Su pueblo. 
La Iglesia hace la función de brazos para abrazar, labios para besar, manos para tocar como si fuera el Señor mismo quien lo hiciera a través de los miembros de Su cuerpo. 

Quiero que veamos alguna parte de Hechos para ver como actuaban los miembros de la primera iglesia, y ver así como podemos nosotros actuar en comparación:

1. Los Miembros en relación al Señor. (Hechos 2:41;46-47) 
Esta era su prioridad: adorar, agradecer y alabar a Dios. 

2. Los Miembros en relación unos a otros. (Hechos 2:44-46). 
Juntos compartían comidas en sus casas, y nadie se quedaba con hambre o sin un sitio donde dormir. 
Cada uno daba lo que podía para los que estaban en necesidad y dice que esto era hecho con "gran gozo". 

3. Miembros en relación al mundo. (Hechos 2:43;47). 
De lo que los miembros hacían con respecto a Dios y con respecto los miembros de la iglesia, procedía su testimonio hacia el mundo. 
Y al ver esto, cada día nuevos creyentes eran agregados a la congregación de los santos. 
Este es un cuadro perfecto del plan de Dios y de Su propósito para nosotros y Su Iglesia.

Como seres humanos, todos tenemos necesidades, a saber: Emocionales, materiales y espirituales
Así que, bíblicamente, unos a otros, debemos darnos: 
• apoyo emocional
• apoyo material
• apoyo espiritual 

1. El apoyo emocional


El primer apoyo que debemos prestarnos los unos con los otros, se relaciona con nuestras necesidades emocionales. 
Esto tiene que ver con nuestra necesidad de relacionarnos unos con otros.
No hemos sido creados para "arreglárnoslas solos" (Génesis 1:26, 2:18).
Fuimos hechos para la comunión con Dios y entre unos con los otros, para amarnos los unos a los otros. 

Sin esa relación estamos incompletos. 
Y eso no es bueno. 
Nos necesitamos los unos a los otros muchísimo. 
Dios lo planeó así desde el principio y para siempre, la necesidad de tener comunión los unos con los otros.
La palabra griega para "comunión" es koinonia, palabra que todos conocemos, pero, Koinonia ¿para qué? 

1. Koinonia para compartir la vida juntos, en torno a un propósito común. 
Para el cristiano, el propósito común es básicamente una Persona, y esa Persona es Jesús. 
La vida que nosotros compartimos es Su vida en nosotros. 

2.  Koinonia para suplir las necesidades emocionales
Esta comunión es muy práctica y es muy útil en la vida cotidiana. 
La comunión de los cristianos está diseñada para capacitarnos para lidiar con las necesidades y los deseos más profundos de nuestros corazones. 
La palabra griega para "comunidad" es también "koinonia". 
Una "comunidad", es un grupo de gente que está unida alrededor de un interés común. 
¿Y cual es ese interés para nosotros? 
La vida del Señor mismo en cada uno de nosotros. 

En Su vida está Su amor y Su verdad. 
Su amor es sin condiciones, y tiene el poder de perdonar, sanar y restaurar. 
Ahora bien, corremos el riesgo de ser reales, sinceros y abiertos, en una comunidad verdadera de cristianos. Ahí es donde podemos encontrar ayuda, cuando nos mostramos como realmente somos.

Necesitamos koinonía por las siguientes razones. 

CUANDO HEMOS:                                                             NECESITAMOS SER: 
1. Fracasado                                                                          Perdonados
2. Tropezado                                                                         Apoyados
3. Sido heridos                                                                       Sanados
4. Sido atados                                                                        Liberados
5. Errado                                                                               Corregidos
6. Perdido nuestro camino                                                       Dirigidos
7. Sido asustados                                                                   Protegidos
8. Sido rechazados                                                                 Aceptados
9. Sido odiados                                                                    Amados

Estas son algunas de las necesidades emocionales que deben ser encontradas en cada comunidad cristiana. 
Pero sólo si somos activos en esta comunión, podremos afrontar como iglesia, como grupo, como comunidad, nuestras necesidades como hijos de Dios.
En esta sociedad en la que vivimos encontramos un enfrentamiento frontal a estos comportamientos que hemos visto. 
Así también fue en la Iglesia primitiva de Jerusalén poco después de que empezó. 

Los dirigentes judíos de aquel día, no recibieron bien que digamos a la comunidad cristiana recién formada, mas bien fueron tratados con mucho odio y crueldad.
Los nuevos creyentes, entonces, se reunían no sólo para adorar y aprender más acerca de Jesús, sino también para apoyarse los unos a los otros en una sociedad que no les quería.
Este rechazo al evangelio cristiano, que promueve el crecimiento y el apoyo de los unos a los otros, se han formado a lo largo de toda la historia de la Iglesia. 
No debemos sorprendernos. 
El dios de este mundo (Satanás), siempre se ha opuesto a los propósitos de Dios y ha perseguido a Su pueblo.

3. Koinonia como relación con los hermanos
La manera práctica en que la Iglesia primitiva apoyó a sus miembros fue a través de la comunión en sus hogares. 
La iglesia en Jerusalén comenzó el domingo de Pentecostés con tres mil miembros, y su comunión creció rápidamente cuando enormes cifras de hombres y mujeres eran añadidas a medida que pasaban los días. 
Según he visto, algunos creen que pudieron haber crecido a unos treinta mil o cuarenta mil en el siguiente par de años. 

¿Cómo se puede reunir a un grupo de este tamaño? 
No consta que intentaran encontrar o edificar un lugar grande para reunirse. 
En vez de esto, lo que hacían era animar a los creyentes a reunirse en las casas, en grupos más pequeños.  
De esta manera, los apóstoles podían mantenerse en contacto con toda la gente a través de los ancianos que habían sido nombrados a la cabeza de cada grupo más pequeño.

Las casas a menudo estaban edificadas en forma de U y no tenían muro en la parte de atrás. 
Las diferentes habitaciones de la casa, por lo tanto, se abrían en un amplio patio interior. 
Era un lugar ideal para tener amplias y excelentes reuniones y cultos caseros.
Los hogares eran lugares naturales y sencillos para la comunión y el ministerio práctico. 

4. Koininia para llegar a los necesitados
Seguro que todos nosotros somos conscientes de que los niños pequeños necesitan más que comida y ropa caliente. 
También necesitan ser tocados, abrazados y besados. 
Pero los adultos podemos morir también por falta de amor, aunque se trata de un proceso más lento. 
Para algunos se trata de una muerte en vida sin ser amados, sin ser queridos y sin nadie que cuide de ellos. 

En las naciones occidentales la soledad es uno de los grandes males de nuestro tiempo. 
Alguna vez te puedes sentir solo en medio de una multitud, si sentimos que nadie nos conoce o se preocupe por nosotros. 
En La Iglesia debemos alcanzar de una manera especial o personal a los que han llegado a separarse de la vida diaria de la congregación.
Esto es una realidad manifiesta en lo que respecta a los ancianos, los enfermos y los que se encuentran solos.

Como hemos visto, una de las razones para los cultos de comunión en las casas en la Iglesia primitiva, era proveer el apoyo emocional que cada miembro necesitaba. 
No hablo ya de la Iglesia en si como institución, sino como comunidad. 
Cada persona sabía que pertenecía a un grupo que oraba y que cuidaba de ella, que la aceptaba y que la amaba en el Señor. 

¿Sabemos nosotros si tenemos a nuestro lado a diario a hermanos preocupados de nosotros? 
La comunidad debe ser un lugar donde el amor de Dios pueda ser compartido de manera práctica y personal, donde los demás puedan vivir y notar el beneficio de estar en el seno de la voluntad de Dios.
Y esta es la manera del Padre de proveer dirección, corrección, protección y provisión divina; todo, dentro del marco cálido y personal de Su familia, porque eso es lo que conlleva pertenecer a Su familia. 
Que no se nos olvide.

Nos sentimos seguros al saber que somos apoyados por hermanos y hermanas en la familia de Dios. 
Es una comunión en la que podemos dar y recibir capacidades y dones divinos. 
En verdad es un lugar donde podemos adorar, trabajar y testificar juntos. 

2. El apoyo material


La segunda manera en que la Biblia nos enseña a servirnos los unos a los otros, está en el área de las necesidades materiales. 
Esto incluirá no sólo el dinero, sino también otras cosas materiales y servicios prácticos. 

1. Como era En La Iglesia Primitiva

Veamos cómo la Iglesia primitiva actuó para desarrollar un sistema de apoyo a los miembros necesitados. Miremos a la iglesia recién fundada en Jerusalén. (Hechos 4:34-35)
Lo que hacemos con nuestro dinero, y cómo lo hacemos, revela lo que hay en nuestros corazones, para bien y para mal. 

Dios protegió a la Iglesia de Jerusalén del orgullo y del engaño (la mentira) de una manera impresionante. Esto es lo que sucedió en Hechos 4:36-5:11 
Después, como recordaréis, el mismo final trágico le sobrevino a su esposa Safira. 

Como nunca había ni habrá suficiente dinero para ayudar a todos, veamos varios puntos o principios importantes del sistema de apoyo financiero que la Iglesia formó: 

Existían las Peticiones De Ayuda. 
Aquellos miembros que vivían vidas de servicio a otros, y estaban necesitados, eran ayudados
Pablo establece principios prácticos para la ayuda financiera para los miembros de la Iglesia. 
Por ejemplo, él enseñó que tenemos la responsabilidad de las viudas: "Honra a las viudas que en verdad son viudas" (1 Timoteo 5:3). 
De Edad Avanzada O Enfermizas. 
La persona necesitada deberá ser de edad avanzada o enfermiza, sin poder trabajar para mantenerse a sí misma. (1 Timoteo 5:9). 
Trabaje Si Puede. 
Aquellos que están capacitados mental y físicamente para trabajar, que trabajen. No deberán ser mantenidos por la iglesia. (2 Tesalonicenses 3:10-12). 
Que los parientes Tomen Responsabilidad. 
Los parientes (familiares) deben tomar la responsabilidad por familiares que están muy mayores o enfermos para poder trabajar. (1 Timoteo 5:4, 8). 
Deben merecerlo. 
Aquellos a los que se les da apoyo financiero deben merecerlo. (1 Timoteo 5:9, 10). 

Pero el ejemplo perfecto lo tenemos en la Iglesia de Jerusalén
Muchos de los creyentes procedían de fuera de la ciudad; habían venido a Jerusalén para la Fiesta de Pentecostés, y después de confesar a Cristo como su Salvador y Mesías, fueron bautizados en agua, llenos del Espíritu Santo.
Algunos se unieron a la comunidad cristiana en Jerusalén. 
Con el tiempo muchos se quedaron sin dinero y les fue muy difícil encontrar trabajo. 
Algunos eran pobres y otras eran viudas. 
Pero el vínculo de amor dentro de la familia de Dios era tan fuerte, que muchos fueron movidos a vender lo que poseían. 
El dinero recibido entonces, fue dado a los apóstoles y a los dirigentes para que lo compartieran correctamente con los que estaban necesitados. 

2. Nadie Fue Forzado A Dar. 

No hubo presión alguna sobre la gente para que vendieran lo que poseían. 
Los creyentes respondieron ante las necesidades que fueron surgiendo, compartiendo libre y con gozo de lo que tenían con los que no tenían nada. 
Y esto se hacía bajo la supervisión de los dirigentes. 
Por lo tanto, todo fue hecho de manera correcta y ordenada, como Dios lo tiene establecido.

El pecado de Ananías y Safira no fue que retuvieran parte del dinero que recibieron por la venta de su terreno. 
Estaban en su derecho de retener todo el dinero de la venta si deseaban hacerlo. 
Los apóstoles no se hubieran enfadado con ellos si lo hubieran hecho así. 
No, el pecado de Ananías y su esposa fue que mintieron acerca del dinero que dieron. 
Pretendieron hacer creer que daban todo el dinero de la venta de su propiedad para la obra de Dios, pero la verdad fue que no lo hicieron, ya que se quedaron con parte del dinero. 
Quizás pensaron que su donación les haría populares ante los ojos de los apóstoles y de la gente, o no querían quedar mal ante los demás porque otros si lo habían hecho antes.
El punto es que no tenían que dar, ni tenían que mentir. 
Hubieran seguido siendo amados y aceptados por la comunidad si sus corazones hubieran sido rectos para con Dios. 

3. Era Necesario Contar Con Dirigentes Justos

La Iglesia primitiva estaba dirigida por lideres justos, hombres honestos y de buen carácter. 
Los apóstoles habían sido educados por el mismo Señor Jesús. 
Pero sin embargo, hubo un hombre en medio de su grupo que había sido tomado por el diablo porque era deshonesto y codicioso. 
Su nombre era como ya sabemos Judas. 
Al final, perdió su vida de manera trágica. 
No sólo se vendió a Satanás, sino que vendió a su Señor. 
¡Qué advertencia debería ser esto para todo el pueblo de Dios en cualquier época! 

Quizás, esa sea la razón por la cual Dios tratara tan severamente a Ananías y a Safira. 
El Señor vio que el mismo que había movido y motivado a Judas a hacer lo que hizo, Satanás, estaba intentando abrirse camino en la comunidad cristiana en Jerusalén.
El mismo Espíritu Santo se movió suavemente para desarraigar el mal antes de que pudiera esparcirse por toda la comunidad. 

Todos se dieron cuenta, ya que, "un temor grande y santo cayó sobre toda la iglesia" (Hechos 5:11). 

4. La Administración Financiera. 

Ahora podemos comprender el porqué los apóstoles fueron tan cuidadosos de ver que los dineros fueran manejados de una manera correcta y honesta. 
Era un deber serio que tenían delante del Señor. 
Por lo que estamos viendo en Hechos, vemos que diseñaron un plan o norma para la administración cuidadosa de las cuentas para tratar de evitar problemas, a saber:

1) Los lideres debían ser Líderes Honestos Y Llenos Del Espíritu. 
Aquellos que eran responsables de los asuntos de negocios de la iglesia, eran hombres competentes, honestos, llenos del Espíritu y de buen testimonio. 
Eran hombres sabios y honestos, cuyo carácter y conducta eran conocidos por la comunidad. 
No eran desconocidos o extranjeros, sino fieles siervos en la comunidad de los santos. 
En sus vidas diarias y sus asuntos personales y en familia, demostraban que eran dignos de confianza. 

2) Las Necesidades Aparecieron Primero. 
La "gente" con necesidades apareció antes que el "programa" para las necesidades. 
Cuando surgieron las necesidades, se les informaba o se les hablaba sobre ellas. 
No hubo presión, ni engaño en los llamados que hacían los líderes para cubrir estas necesidades, ni intenciones deshonestas.
La gente conocía las necesidades y cómo se utilizaría el dinero. 
Por  tanto, dieron de manera espontánea y alegre. 
No fueron amenazados con el castigo de Dios, ni sobornados con las bendiciones de Dios. 

En otras palabras, no dieron por temor a lo que Dios pudiera hacerles si no ofrendaban, ni por la idea de que Dios les recompensaba con más posesiones.
Dieron simplemente porque el amor de Dios les movió a ayudar a sus hermanos y hermanas en Cristo. 
Eran diferentes y dieron según el Espíritu Santo les movía a hacerlo. 

3) Se daba De Acuerdo A La Necesidad. 
Los dirigentes distribuyeron o dieron los fondos "según la necesidad de cada uno". 
El sistema de apoyo en la iglesia de Jerusalén estaba trazado para ocuparse de las necesidades reales de la gente, ni más, ni menos. 
Todos recibían su parte correcta. 
Esto era posible porque la gente necesitada era conocida por todos los que estaban en su grupo de comunión casera, no eran extraños.
Cualquiera que fuera un vago o que no quisiera trabajar, ni servir en la comunidad, recibía muy poca ayuda. 

La gente egoísta y necia que contraía enormes deudas, no podía esperar que la iglesia se las pagara. 
La iglesia nunca será culpable de no ayudar un comportamiento irresponsable.
Existe una disciplina u orden divino que Dios desea que nosotros sigamos. 
Siempre que nos entrampamos, nos colocamos bajo un yugo, y este será de estorbo para servir al Señor. 
Para los que se enfrentan con problemas financieros, existe una regla muy sencilla que deben seguir en el futuro: "Si no lo necesitas, no lo desees. Si no lo puedes pagar, no lo compres". 
El endeudarnos hasta el cuello no es que nos amargue e impida que sirvamos correctamente, sino que destruye nuestro testimonio en el mundo. 
Una señal de madurez espiritual es la utilización sabia de nuestro dinero.

5. La relación entre los miembros es La Clave

Hemos visto que la Iglesia primitiva tenía un sistema de apoyo emocional que ponía a los dirigentes en contacto con la gente. 
A partir de esta relación, se desarrolló un sistema de apoyo financiero. 
O sea, que no sólo se afrontaban las necesidades emocionales de la gente dentro de la comunidad cristiana, sino también las necesidades físicas y materiales.

Debido a que los líderes y su gente se conocían mutuamente en el Señor, se establecieron unas normas sabias y correctas, que no hubieron sido posibles si no hubiera existido esa confianza que da el trato cercano y conocerse bien.
El Señor dio Su bendición, "y ninguno entre ellos sufrió necesidad". 

3. El sistema de apoyo espiritual


En la Iglesia de Jerusalén se ministraban los unos a los otros, no sólo en la parte emocional y financiera, sino también en las que había necesidad espiritual. 
Esto se hacía mediante un sistema de apoyo espiritual que podía ser visto en sus congregaciones. 

1. Las relaciones cercanas: El Mejor Lugar Para El Crecimiento

El mejor lugar para que crezca un árbol frutal es un invernadero. 
Un invernadero es un lugar donde los árboles se ven protegidos, por una cubierta de los peligros externos. 
Sus raíces penetran profundamente en el terreno que es regado y enriquecido por un fertilizante. 
Sus ramas son podadas y cuidadas para que den el mejor fruto. 
Las enfermedades y plagas del árbol son tratadas inmediatamente. 
Es un escenario que fue cuidadosamente planeado para que todos los árboles pudieran resultar tan fructíferos como fuera posible. 
El convivir con los hermanos es como un invernadero. 
Es un lugar de protección. 

2. Las relaciones cercanas: El Mejor Lugar Para Aprender

Como personas que somos, aprendemos intentando y cometiendo errores. 
Los errores necesitan corrección, y  
La corrección que se administra en el amor de Dios nunca debe producir rechazo. 
El amor de Dios (Griego = ágape) llena los corazones de los líderes y miembros. 
¿Por qué debemos tener miedo a ser corregidos?
Si nos equivocamos, vamos a querer la corrección de aquellos que nos aman. 
Si estamos abiertos a la enseñanza y damos la espalda a la rebeldía, podemos cometer errores sin temor a ser rechazados.
Cuando sentimos que Dios quiere que hagamos algo, debemos pasar a la acción. 
Pero si tenemos miedo de cometer errores, esto no nos permitirá la "acción de fe" para actuar

La manera en que Pedro caminó sobre el agua con Jesús es un buen ejemplo. 
Pedro saltó de la barca y se puso a caminar por fe, pero cuando empezó a hundirse por el miedo, Jesús lo agarró y le enseñó acerca de los peligros de dudar de la Palabra de Dios. 
¿Qué pasó? Que después de haber aprendido la lección, Pedro volvió caminando con Jesús. 
La fe de Pedro, aún con sus subidas y bajadas, fue bendecida por Dios.  (Mateo 14:22-34). 

Sí, estar cerca de los hermanos es también un lugar donde podemos aprender a caminar seguros y sabiamente en el espíritu. 
• "Aprendemos"  haciendo, actuando.
• "Aprendemos" de lo que escuchamos cuando alguien hace y actúa.
No es bastante ser llamados y dotados por Dios. 
No es bastante saber que tenemos capacidades. 
Tenemos que aprender como "sobresalir": hacer las cosas bien conforme a los deseos de Dios para nosotros. 
Esto requiere tiempo, educación, dedicación y experiencia práctica. 

¿Y cómo adquirimos esta experiencia?  

1) Con Libertad para que el hermano pueda cometer errores ocasionales. 
2) Reconociendo los Límites. Esto significa que alguien debe verificar que lo que hacemos se ha hecho de manera correcta, para eso están nuestras autoridades. 
Y si no ha estado bien hecho, que sepamos reconocer honestamente nuestro error.
3) Sabiendo que somos falibles. Esto significa que podemos cometer errores. 
Nuestro carácter y nuestros dones deben desarrollarse juntos los hermanos: mano a mano. 
Nadie puede esperar convertirse en un gran "profeta" de la noche a la mañana. 

Hay un tiempo para aprender, entrenarnos y probar los caminos del Espíritu Santo de Dios. 
Entonces, cuando cometemos errores y experimentamos corrección, crecemos en nuestros dones y capacidades. 
El espacio que creamos con nuestros hermanos es un lugar ideal para este modelo bíblico. 

En la Iglesia primitiva, a los nuevos creyentes se les mostraba cómo moverse en el poder del Espíritu Santo. 
Podían aprender cómo hablar y actuar en fe en el orden divino. 
Eran animados y corregidos por los líderes en amor. 
Los nuevos creyentes podían crecer en carácter y en su llamado. 

Mira que Dios se interesa tanto en el "obrero" como en la "obra". 
Necesitamos el consejo de nuestros pastores, y la comunión con nuestros hermanos y hermanas para que crezcan ellos y crezcamos nosotros en el Señor. 
Aprendemos por medio de ministrar Su vida a los demás y los unos para con los otros. 
No fuimos creados para "arreglárnoslas solos". 

4. Poniendo en práctica los principios


Hemos visto como la congregación se enfrenta al reto de proveer los miembros unos a otros de apoyo emocional, financiero y espiritual. 
Sin embargo, debemos de tener en mente tres cosas cuando veamos que debemos ejercer este apoyo:

1. Debe Hacerse Cuidadosa Y Lentamente (Proverbios 21:5).
Dios no se apresura. Desea que las cosas se hagan sabiamente y bien. 
Esto significa que hay que poner un fundamento cuidadoso. 
No valen los consejos apresurados y poco meditados.

2. Tiene Que Hacerse A Partir De Un Corazón Dispuesto (Ex 25:2). 
La adoración, el trabajo y el servicio que agrada a Dios no pueden ser forzados. 
Esto es algo contrario a la ley del amor que debe ser expresado libremente. 

3. Tiene Que Hacerse Con Todos Juntos. (1 Co 14:23, 26, 31). 
El pensamiento clave en estos pasajes de la Escritura, es que los principios del sistema de apoyo sólo serán aprendidos cuando sean puestos en práctica. 
Aprendemos haciendo cosas los unos con los otros. 
La utilización que Pablo hace de la palabrita "todos", nos muestra una y otra vez con claridad que todos son una parte del ministerio. 
No es sólo para aquellos que por naturaleza son más sobresalientes y dotados. 
Todos tenemos un lugar y una función en el cuerpo de Cristo. 
En el plan divino de Dios, todos tenemos que aprender de los demás y junto a ellos mediante Su Espíritu. 

5. Resumen


Dios nos ha dado, sabiamente, principios y modelos divinos. Por medio de ellos Su voluntad para nuestro día puede ser hecha a través de Su pueblo. 
Cuando hemos ido a la Palabra de Dios, encontramos que: 

1. Cada Miembro es Un Sacerdote
Él ha puesto dirigentes en la Iglesia para equipar y preparar a todos los que somos sacerdotes reales por propio derecho. 

2. Cada Miembro Tiene Una función
Todos los miembros tienen un ministerio. 
Y esta función puede ser descubierta y desarrollada en el trato de los unos con los otros, dentro de las relaciones entre hermanos que se aman y que viven en amor de Dios en sus vidas. 

3. La relación de unos con otros es indispensable
Aquí podemos aprender con seguridad a: 
a. Adorar a Dios juntos; 
b. Servirnos juntos los unos a los otros
c. Salir a testificar al mundo 

Así, nos convertimos en miembros maduros del cuerpo de Cristo. Ésta es la voluntad de Dios y la manera de Dios.

Jerónimo Perles Moreno




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