miércoles, 29 de enero de 2014

Los rincones de la casa (02.09.10)


Estudio dado en Huelva el 2 de Septiembre de 2010



Introducción


Antes de nada deciros que Hoy es mi aniversario de boda. 
Tal dia como hoy hace 4 años. Contar la ilusión del momento.
Compramos una casa y todo lo que hay dentro, y pusimos todas las cosas a nuestro gusto.
Esto me hizo pensar.
Cuando nos convertimos Dios nos hace nuevos, se nos revela el sentido del pasaje de 2 Corintios 5:17: "De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es: las cosas viejas pasaron; todas son hechas nuevas."

¿Y quién vive en esa nueva casa? 
Sabemos que somos templo del Espíritu Santo y que Dios hace su casa en nosotros. 1 Corintios 3:16: "¿Acaso no sabéis que sois templo de Dios y que el Espíritu de Dios está en vosotros?"

De modo que la casa que éramos antes en ruina es una casa perfecta según el deseo de Dios cuando le decimos que entre. 
El lo limpia todo, deshace las estructuras antiguas y construye una casa nueva.
Dios empieza a morar en nosotros y somos su templo. 
Amueblamos la casa junto a Él con los frutos del espíritu. Gálatas 5:22-23: "Pero el fruto del Espíritu es amor, gozo, paz, paciencia, benignidad, bondad, fe, mansedumbre, templanza; contra tales cosas no hay ley."

Entonces, ¿qué pasa? Si esta es la casa que Dios ha decorado. ¿Qué hacemos nosotros? 
Pues justo lo contrario.
Empezamos a amueblar la casa a nuestro gusto

1. Empezamos a llenar la casa de trastos. 


1. El primero es el viejo hombre que no termina de irse
Efesios 4:22-24: "En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está corrompido por los deseos engañosos, renovaos en el espíritu de vuestra mente, y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad."

Aunque Dios ya lo echó, nos encargamos de enganchárnoslo del cuello y vamos arrastrándolo. 
Empezamos a sacar nuestros dejes (a ver si nos suenan: es que yo soy así, es que mientras no me digan que es malo, mientras Dios no me lo muestre, es que Dios me quiere como soy... etc).
Ahí ya tenemos una tranca en la puerta que no deja entrar más bendiciones.

2. Luego dejamos a la carne tomar decisiones por nosotros. 
1 Pedro 4:1-2: "Puesto que Cristo ha padecido por nosotros en la carne, vosotros también armaos del mismo pensamiento, pues quien ha padecido en la carne, terminó con el pecado, para no vivir el tiempo que resta en la carne, conforme a las pasiones humanas, sino conforme a la voluntad de Dios."

La carne se vuelve nuestro peor enemigo en Gálatas 5:19-21: "Manifiestas son las obras de la carne, que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lujuria, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, divisiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas. En cuanto a esto, os advierto, como ya os he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios."

2. Cómo empezamos a echar trastos dentro de la casa.


Por la vista. 
Proverbios 4:25: "Que tus ojos miren lo recto y que tus párpados se abran a lo que tienes delante."
¿Qué cosas dejamos que entren en nosotros por la vista? 
¿Somos de los que apartamos la vista o de los que ya ven como normal verdaderas barbaridades a los ojos de Dios?
Mateo 18:9:"Y si tu ojo te es ocasión de caer, sácalo y échalo de ti: mejor te es entrar con un solo ojo en la vida, que teniendo dos ojos ser echado en el infierno de fuego."

Por el oído.
Proverbios 18:15: "El corazón del inteligente adquiere sabiduría, y el oído de los sabios busca la ciencia."
¿A qué dedicamos el oído? 
¿A escuchar bendiciones o escuchar las mentiras del mundo que nos apartan de Dios?
Hebreos 2:1: "Por tanto, es necesario que con más diligencia atendamos a las cosas que hemos oído, no sea que nos deslicemos."

Por la boca.
Proverbios 21:23: "El que guarda su boca y su lengua, su vida guarda de angustias."
¿Para qué usamos la lengua?
¿Es guardada convenientemente o tiene su propia libertad?
Santiago 3:9-11: "Con ella bendecimos al Dios y Padre y con ella maldecimos a los hombres, que están hechos a la semejanza de Dios. De una misma boca proceden bendición y maldición. Hermanos míos, esto no debe ser así. ¿Acaso alguna fuente echa por una misma abertura agua dulce y amarga?"

Por el mundo también nos dejamos llevar
1 Juan 2:15: "No améis al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguno ama al mundo, el amor del Padre no está en él"

Seguimos llenando la casa de rincones llenos de trastos. 
Y lo peor es que esperemos que venga una chacha para limpiar. 
Esperamos justificar lo que hacemos como sea,  pero NADIE va a venir a hacer lo que tenemos que hacer cada uno por nosotros mismos.
2 Pedro 2:20: "Ciertamente, si habiéndose ellos escapado de las contaminaciones del mundo por el conocimiento del Señor y Salvador Jesucristo, enredándose otra vez en ellas son vencidos, su último estado viene a ser peor que el primero."

¿Qué es el mundo?
El mundo es aquello que nos rodea.
El mundo es este sitio en el que ahora estamos.
El mundo es el contenedor de las cosas que nos enredan.
Pero no somos del mundo.
Hay una frase que resume muy bien este sentir, y es: “Yo vivo en el mundo, pero el mundo no vive en mi”.
Y si dejamos más cosas por medio, esto queda dentro de la casa.
Y por fin, el diablo, que derribará la casa si lo dejamos, dejándonos sin cimientos.
1 Pedro 5:8: "Sed sobrios y velad, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar."

¿Consecuencias?
Que a más llenamos la casa de trastos menos opciones tenemos.

3. Remedios


La lectura de la Biblia no puede quedar en un lugar lejano, debe ser una obligación y no una opción en nuestro tiempo.
El tiempo de oración debe ser una necesidad.
La comunión con los hermanos debe volverse constante, sin tener que ocultar nada.
El culto de los domingos no debe ser el momento “oasis” en nuestra vida que carga un poco las pilas que se consumen pronto…. 
Asistir a los cultos es un mandato.

Resumen


Dejemos que barra el Espíritu Santo en nuestra casa.
Pongamos todos esos trastos en la puerta para ser echados fuera. 
Acudamos a la lectura que nos va a decir aquello que necesitamos saber del bien y del mal, echemos toda nuestra voluntad en orar y estar en comunión con  Dios, y seamos hermanos que son hermanos y que buscan a su familia.

Jerónimo Perles Moreno


No hay comentarios:

Publicar un comentario