Estudio dado en Huelva el 24 de Mayo del 2012
Serie "Los rudimentos de la fe (4)"
Introducción
El llamamiento del Espíritu Santo es que sigamos creciendo hacia la madurez.
Para esto necesitamos que nuestros fundamentos espirituales estén bien echados, siendo la imposición de manos una progresión de las tres verdades fundamentales que ya hemos visto, porque redirige la atención de nosotros mismos hacia los demás, convirtiéndonos en instrumentos de la bendición de Cristo.
La imposición de manos puede ser definida como el acto en el que una persona pone la mano sobre el cuerpo de otra con algún propósito espiritual, acompañando este acto con oración y/o una palabra profética.
Algunos ejemplos en AT
Los israelitas ponían sus manos antes del sacrificio significando la transferencia de pecado, identificando la ofrenda por el pecado (Levítico 1:1-5; 16:21-22)
Jacob imparte una bendición a Efraín y Manasés por la imposición de mano, acompañando una palabra profética, la de sus descendencias (Génesis 48:14)
Moisés imparte a Josué su autoridad y sabiduría a través de las manos. (Deuteronomio 34:9)
Vemos la transferencia de liderato, y pone a Josué en condiciones para ser el líder.
1. Razones en el NT para la imposición de manos
1. Para impartir sanidad
Jesús impartió sanidad a través de la imposición de manos (Lucas 4:40; 13:10-13)
Los ancianos ungen con sus manos y oran para sanidad (Santiago 5:14-16)
Los creyentes somos animados a imponer las manos para impartir sanidad (Marcos 16:17-18; Hechos 28:8-9)
2. Para impartir bendición
Jesús impartió la bendición a niños (Mateo 19:13-15; Marcos 10:13-16)
Jesús puso la mano sobre Juan y le dijo “no temas”. Aunque no sea propiamente una bendición, le confortó por la revelación que le iba a ser dada (Apocalipsis 1:17)
3. Para impartir el bautismo del Espíritu Santo
Son los líderes los que estaban involucrados en impartir el bautismo en el Espíritu Santo a través de la imposición de manos (Hechos: 9:10-17 (Historia de Ananías); 19:6)
Vemos en Hechos 8:14-17 como en Samaria esperaron a Juan y Pedro para impartir la bendición del Espíritu Santo
4. Para impartir dones espirituales
(1 Timoteo 4:14; 2 Timoteo 1:6; Romanos 1:11)
5. Para apartar a gente para una obra concreta
A través de la imposición de manos se comisiona específicamente para cumplir esa obra. También se comisionaban diáconos de esta forma por parte del liderato (Hechos 13:2-3)
Destacar que los líderes siempre escogen a personas llenas de fe, de sabiduría y del Espíritu Santo para papeles de liderazgo en la iglesia, incluso en las áreas más prácticas de trabajo (Hechos 6:1-6)
Recordar también que para recibir algo de Dios, hace falta tener fe
Cuidado al imponer las manos
Se refiere principalmente a apartar a alguien para un ministerio (1 Timoteo 5:22)
Pablo se dirige en 1 Timoteo 3:1-6 a Timoteo, en quien delega la responsabilidad de levantar líderes.
Se refiere a que el momento no sea el oportuno en elegir a alguien para el liderazgo, y en la necesidad de que sea maduro
Decimos entonces que es Dios quien escoge el liderato y elige el momento para declararlo, y es cuando otros líderes deben ser llamados para imponerles las manos
2. La importancia de la imposición de manos en la Iglesia
1. Para servicio
Expresamos nuestro servicio, que es la base del ministerio cristiano, al Señor por nuestras manos, impartiendo bendición, sanidad… a otro ser humano (Marcos 10:43-45)
2. Para dar
Cuando imponemos las manos por fe, ministramos o damos la vida de Dios en nosotros a los demás, y a su vez, para que podamos dar de nuevo (Lucas 6:38; Hechos 3:6).
3. Para habilitar un llamamiento
La Iglesia necesita más hombres y mujeres con un llamamiento de Dios en su vida, así como la unción que los habilite en ese llamado (Hechos 13:1-3)
Que el liderato imponga las manos es una manera de impartir esa habilidad a los que Dios llama
3. Resumen
La imposición de manos es parte esencial de un cuerpo que funciona.
Recibimos vida de Jesús, la cabeza, y a través de las manos, liberamos e impartimos esa vida.
Todo discípulo de Jesús lleno del Espíritu tiene el poder de Cristo para sanar, para ministrar o para dar bendición, y ese poder es liberado por la imposición de manos.
Jerónimo Perles Moreno
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