Estudio realizado en Huelva el 18 de Marzo de 2012
Serie "Los rudimentos de la fe (2)"
Introducción
Vamos a seguir con el estudio sobre que importante es tener unos buenos fundamentos.
Vamos a leer de nuevo Hebreos 6:1-3.
Hasta ahora hemos visto el primer de estos fundamentos, el arrepentimiento de obras muertas.
Ahora vamos a seguir cimentando nuestro edificio.
El segundo fundamento es el de la fe en Dios.
La fe en Dios es una progresión natural del arrepentimiento de obras muertas.
Antes de este arrepentimiento, nuestra atención se había dirigido hacia nosotros mismos,
y ahora, después de arrepentirnos, dirigimos esa atención hacia Dios.
Por tanto, Las Obras muertas siempre impiden la fe hacia Dios.
Tenemos que primero “volvernos de” para capacitarnos en “volvernos hacia”.
El arrepentimiento es un paso necesario para que se desarrolle la fe hacia Dios.
De hecho, cualquier cosa aparte de la fe en Dios está muerta: (Hebreos 11:6; Romanos 14:23)
¿Cómo definimos entonces la fe a raíz de esta verdad fundamental?
Como “Tener confianza, certeza, o seguridad en otra persona y en la palabra de esa persona”.
Yo me “fio” de esa persona, y me creo lo que dice.
O lo que es lo mismo, “Tener fe en Dios lleva consigo un cambio de confianza, de uno mismo(como en la primera viñeta) a depositar la confianza en EL”.
Una vez hecho esto, ahora debemos desarrollar esta fe
1. ¿Cómo podemos desarrollar la fe hacia Dios?
1. Teniendo correctas actitudes de la mente
Necesitamos persuadirnos en nuestra mente.
La palabra “Fe” viene del griego “Pistis” que significa “persuasión firme; creencia fuerte y bienvenida; la convicción de la verdad de cualquier cosa”.
Veamos como Pablo no tenía dudas sobre la certeza de su verdad en 2 Timoteo 1:12
Tenemos que darnos cuenta de la inutilidad de la vida sin Dios. (Leamos 1 Juan 5:4-5).
La fe lleva consigo también una actitud humilde y sumisa a la voluntad de Dios, y debemos confesar esta actitud, debe ser mostrada, como Jesús mismo hizo (Filipenses 2:5-8)
2. Darnos cuenta que la fe es “Sustancia” y es “Realidad”
La fe no es nuestra imaginación ni el deseo de las cosas que queremos que sean.
Es la Convicción de la verdad por la obra del Espíritu Santo en nuestro interior.
Si Dios nos ha dado la fe para algo, podemos estar seguros que ese algo está en la mente de Dios, que realmente existe y que podemos hacerlo nuestro (Hebreos 11:1).
Dios no falla, es real y podemos depositar en El nuestra fe (Números 23:19)
3. Darnos cuenta de que la fe es un don de Dios:
No podemos esforzarnos hasta que consigamos creer, esto no depende de nosotros mismos.
Es el Espíritu Santo quien debe poner la capacidad de creer a Dios dentro de nuestro corazón (Efesios 2:8)
¿Quién es el autor y consumador de nuestra fe? (Hebreos 12:2)
4. Desarrollando nuestra fe por medio de nuestro conocimiento de Dios
No podemos confiar en quien no conocemos.
Cuanto más conocemos a Dios, su fidelidad, su amor, su carácter, lo grande que es…. Más podremos confiar en El.
Una verdadera fe hacia Dios está basado en esto
Estos son algunos ejemplos de cómo actúa y como es Dios (Deuteronomio 7:9; Salmos 9:10; 1 Tesalonicenses 5:24)
2. Cómo podemos llegar a conocer a Dios
1º Por la revelación del Espíritu Santo que nos hace de El a través de las Escrituras,
2º Por la revelación directa a nosotros de acuerdo a las Escrituras, es decir, por medio de las experiencias de la vida al tiempo que nosotros, por fe, demostramos que tenemos a Dios (Hebreos 11:6).
No podemos llegar a conocer a nadie realmente si no es hablando con el, y nosotros podemos hacerlo
a través de la oración.
La oración manifiesta dos cosas:
1º Nuestro deseo de corazón de que todo lo que hagamos esté dentro de la voluntad de Dios
2º Nuestra confesión de nuestra total dependencia de Dios.
Esta dependencia no sería posible sin la fidelidad de Dios hacia nosotros.
Recuerda estas cosas:
1. Su fidelidad es grande e inagotable (Salmo 89:33-34; 119:90)
2 .Necesitamos encomendarnos a Su fidelidad (1 Pedro 4:19; Hebreos 10:23)
3. Y que debemos magnificar su fidelidad (Salmo 92: 1-2; 89:1)
Volvemos a ver como podemos desarrollar nuestra fe
3. La fe como experiencia de sentir a Dios y su fidelidad
A más fe tenemos hacia Dios, más experimentamos Su fidelidad, que Su Palabra se cumple, y a su vez, más crece nuestra fe, como una cosa que alimenta a la otra.
También nos ha dado Dios los dones (milagros, sanidad, etc …), que son señales que deben servirnos para dirigirnos a El y así hacer aumentar nuestra fe:
Los discípulos de Jesús creyeron en El cuando hacía señales (Juan 2:11)
También la fe crece como consecuencia de recordar la fidelidad de Dios en momentos pasados. Recordemos tiempos atrás y veamos como las promesas de Dios se han ido cumpliendo en nuestras vidas y como entonces sentimos y experimentamos que Dios fue fiel con nosotros.
4. La fe como una respuesta al oir
Dios comunica Sus pensamientos a través de Su Palabra.
Cuando el Espíritu nos habilita para oir lo que nos está diciendo, nuestra respuesta debe ser creer y persuadirnos que lo que nos dice es Verdad y que es para nosotros (Romanos 10:17)
Si cuando nos es dada la Palabra de fe, nos mantenemos firmes en ella como certeza que es, y luego actuamos en ella cuando es apropiado hacerlo, recibiremos el Poder creador de Dios trabajando en y por medio de la Palabra dada, para que se lleve a cabo lo que se nos ha prometido.
Jesús nos dice que por fe nada es imposible para nosotros (Mateo 17:20).
Tener fe es pasar de fiarse de un conocimiento sensitivo (el humano), a fiarnos de una fuente de conocimiento más alta, el conocimiento revelado.
El conocimiento sensitivo es el del hombre natural que recibe por sus cinco sentidos.
Este es un conocimiento muy limitado, y es descrito como “sabiduría humana” (1 Corintios 2:4-6)
En cambio, el conocimiento revelado no está basado en los cinco sentidos ni en razonamientos naturales, sino en una fuente más alta: La verdad que está expresada en la Palabra de Dios.
Es revelada por el Espíritu Santo al espíritu del hombre, y se describe como sabiduría de Dios (1 Corintios 2:7-16).
¿Cómo quedaría entonces la verdad expresada en Hebreos 11:1: "Es, pues, la fe la certeza de lo que se espera, la convicción de lo que no se ve."
La fe es la certeza (la confirmación, nuestro título de propiedad de la verdad, irrefutable) de lo que esperamos, la convicción (la prueba) de lo que nosotros no vemos. La fe percibe como algo real lo que no es revelado a los sentidos.
Volvemos al último punto de la fe hacia Dios
5. Hacer de la fe nuestro estilo de vida
La fe no es una actitud mental hacia los problemas.
La fe es la misma naturaleza de Dios: Creó el universo por la fe (Hebreos 11:3)
La naturaleza antigua del hombre es dominada por fuerzas negativas como el temor, la duda, la confusión, el error….
Pero la naturaleza nueva de la persona nacida de nuevo en el Espíritu recibe todo el potencial de Dios, convierte en orden el caos (Génesis 1:2), cambia la vida por la muerte, la sanidad por la enfermedad, la verdad por el error, la justicia por el pecado….. y tantas cosas.
La fe es la expresión máxima de esta nueva naturaleza
Resumen
1. A partir del arrepentimiento de obras muertas hacemos que la fe hacia Dios se desarrolle
2. Como hemos visto, Sin fe es imposible agradar a Dios
3. La fe es creer a ciencia cierta que lo que Dios ha dicho pasará
4. La fe conlleva confiar más en Dios que lo que lo hacemos en nosotros mismos
5. La fe hacia Dios es el estilo de vida del discípulo
6. La fe proviene de Dios
7. La fe crece a medida en que crece nuestro conocimiento de Dios
Jerónimo Perles Moreno
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